Lodeiro, cuanto peor ¿mejor?

Faltan todavía semanas para que se sepa la resolución del recurso ante el Tribunal Supremo, presentado tras la orden de derribo de tres edificios ubicados en Lodeiro que dictó el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Sin embargo, el asunto ha cobrado nuevamente protagonismo debido a una carta enviada por el Senador y ex alcalde de Viveiro, César Aja, a los presidentes de las comunidades de vecinos de estos edificios. En esta misiva (publicada casi íntegramente por La Voz de A Mariña el 12-I-08), Aja trasladaba su preocupación por la pasividad y la falta de adopción de medidas previas fundamentales por parte de Melchor Roel para evitar las consecuencias de una posible sentencia desfavorable. El ex alcalde hacía un relato pormenorizado, documentado y bastante objetivo de la secuencia de hechos desde el otorgamiento de licencia por parte de la comisión de Gobierno, que él mismo presidía, hasta que se presenta el recurso ante el Tribunal Supremo, una vez que el TSJ de Galicia sentencia la orden de derribo de las edificaciones. De esta forma, según señala en la propia carta, pretende “informar de cómo han sucedido estos hechos” y anticiparse a “las posteriores y previsibles manipulaciones políticas e informativas que, a buen seguro, pueden sobrevenir si se produce la confirmación de la anulación de licencias de obra, según sentencia de 30 de octubre del 2003 del TSXG, recurrida en casación ante el TS, y el efecto que puede acarrear la desestimación de tal recurso, al haberse procedido por la Xunta de Galicia a la anulación de la normativa urbanística de Viveiro, el 23 de marzo de 2006”.

Desde nuestro punto de vista, nos parece perfectamente legítimo y conveniente que el ex alcalde de Viveiro se dirija a los presidentes de las comunidades de vecinos de los edificios afectados con la intención de anticiparse a las posibles tergiversaciones que, sin duda, surgirán si la sentencia del Tribunal Supremo desestima el recurso contra la resolución del TSJ. Estamos demasiado acostumbrados en este municipio a las estratagemas de un Alcalde que se vale de los argumentos más inverosímiles para tratar de justificar sus fracasos y que suele tener por norma desviar la atención arremetiendo y culpando de todo a su antecesor. De hecho, una vez que trascendió públicamente la misiva de Aja, las reacciones políticas de estos días han seguido los mismos patrones que en otros asuntos donde quedaba patente la falta de solvencia de nuestro actual regidor.

Parece que a Melchor Roel poco le importan las consecuencias de una sentencia desfavorable, mientras pueda seguir utilizando el caso para atacar a su obsesión enfermiza. Da la impresión, por su forma de actuar, de que disfruta contribuyendo a empeorar la situación, olvidándose de que detrás de la sentencia del TSJ están los intereses de los vecinos afectados. Si nos fijamos en la comparecencia de prensa del pasado sábado, nada se dice que contradiga con argumentos fundamentados los motivos de preocupación que el senador Aja exponía en su escrito: Las consecuencias que para la legalización de estos edificios pudo tener la torpeza de instar a la Xunta a la anulación de toda la normativa urbanística del concello (siendo substituida por una provisional tremendamente restrictiva) y que anulaba también la modificación puntual de las normas subsidiarias que dieron cobertura legal a las viviendas de Lodeiro (y que de paso permitieron a algún amigote edificar de manera agresiva en las proximidades de un palomar, sirviéndose de la misma interpretación sobre la ordenanza residencial mixta), además de la exasperante pasividad con la que se está actuando a la hora de dotar al concello de una nueva normativa urbanística a través de la cual se puedan volver a legalizar estas viviendas. Por el contrario, Roel se embarcó en su manida estrategia de exhalar extravagantes acusaciones sin pruebas, pidiendo a Aja y ¡al PP! que explicaran “si un familiar cercano de éste adquirió mediante protocolo notarial el 20% del capital de la promotora que construyó los tres edificios de Lodeiro sobre los que pesa una sentencia de derribo del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que fue recurrida durante la etapa del bipartito local. El primer edil vivariense se pregunta la razón por la que el acuerdo no se adoptó como transacción mercantil. El recurso al protocolo es, para Roel, un intento de esconderlo, ya que sólo se puede acceder al protocolo por vía judicial” (A Mariña El Progreso 13-I-08). Semejante acusación (que Aja tilda de “infamia despreciable”) suponemos que estará sustentada en pruebas solventes y fundadas… aunque conociendo al personaje, mucho nos tememos que no serán más que infundios gratuitos basados en cotilleos de tasca que sólo persiguen emponzoñar, liar y desviar la atención (en todo caso, una querella de una vez en un juzgado, podría servir para ver si así se disuade a este desbocado alcalde de su insultante y provocadora incontinencia verbal).

Para este sábado se anuncia una reunión con los vecinos (veremos si la hace); un encuentro que, como siempre, Roel va a aprovechar para echar la culpa de todo a Aja y al PP (aunque sobre el otorgamiento de estas licencias no haya habido nunca por parte de técnico municipal alguno, ningún informe contrario, ni advertencia de ilegalidad), pero en donde poco o nada se va a decir sobre las gestiones que este portento de la eficiencia llevó a cabo para resolver el problema del caso Lodeiro. En este momento ya no interesa a nadie el motivo por el que un juzgado sentenció que había que derribar unos edificios (por cierto, que analice lo que Roel apoyaba cuando era concejal en 1984); ahora lo que interesa es saber qué medidas se están adoptando para evitar el derribo. Desde Viveiro debate nos preguntamos por qué si se modificaron las normas subsidiarias para legalizarlos, todo quedó en papel mojado tras la anulación (promovida irresponsablemente por el propio Alcalde) de toda la normativa urbanística por parte de la Xunta de Galicia. ¿Se pensó bien en las consecuencias que esto último podía acarrear? Parece que no. ¿Está siguiendo Roel algún plan o estrategia para sortear estos nuevos obstáculos? Parece que tampoco. ¿Se va a solucionar el problema culpando de todo a Aja? Desde luego que no.

Da la sensación de que, como al parecer se comenta que dijo Melchor Roel en una ocasión, lo único que se persigue es “machacar a César Aja” aunque para ello se perjudique a las familias afectadas. Ha habido numerosas ocasiones en las que el asunto pudo quedar resuelto; como cuando la propia Secretaria Municipal sugirió al regidor municipal socialista que se pusiera en contacto con la promotora para trasladarles la conveniencia de que solicitaran una nueva licencia de obra, a lo que Roel hizo caso omiso, despreciando así una baza fundamental para solucionar el contencioso. Tampoco se mostró muy diligente a la hora de moverse en los despachos de urbanismo de la Xunta para que se diera el visto bueno a la modificación de las normas subsidiarias, y tuvo que ser el propio Aja quien gestionara entre bambalinas de forma exitosa el tema.

Nuestro Alcalde se está quedando de manera impúdica en donde acostumbra: en echar la culpa del problema a sus oponentes para rentabilizarlo políticamente, y mostrándose incapaz, bien por interés o por falta de solvencia, de buscar una solución que despeje las preocupaciones e inquietudes de los vecinos afectados. Por eso ahora tiene que recurrir a historias “rocambolescas” propias de ciencia ficción, coma la del protocolo notarial ese al que sólo se puede acceder por vía judicial (¿quién puede tragarse semejante patraña?) para ver si así distrae un poco la atención del personal de su escasa pericia y habilidad a la hora de ejercer su responsabilidad como alcalde (Aja declaraba en Cope de la Costa que “cualquier Alcalde, por mediocre que fuera ya lo tendría resuelto”).

Con un alcalde socialista manifestando públicamente cosas como la del protocolo notarial y actuando con esta sorprendente despreocupación y ligereza ante el problema real de los vecinos afectados de Lodeiro, no nos extraña que Aja mande cartas preocupado. Todos deberíamos estarlo, porque nada hay más peligroso que la ignorancia y el atrevimiento en acción.