El que calla, otorga

A pocas semanas de que finalice el mandato municipal del bipartito e IU, este va a concluir como empezó, en los juzgados, pero con los papeles cambiados. Podemos recurrir a los tópicos del cazador cazado” o aquel otro “de aquellos polvos, vienen estos lodos”.

Melchor Roel, este Alcalde nuestro que dedicó su gobierno de manera tenaz y obsesiva a buscar y rebuscar, lo que fuera, para denunciar supuestos delitos en la gestión del PP (principalmente en los medios de comunicación, escasas veces en los juzgados), ve ahora cómo es el PP quien le devuelve la jugada, denunciando el desmadre urbanístico que su irresponsable y osada actuación ha promovido. El juzgado de Viveiro admitía a trámite la denuncia por el otorgamiento de licencias por silencio administrativo que no contaban con algunos informes preceptivos o estos eran negativos.

No le ha sentado nada bien que el PP haya hecho efectiva la denuncia en los juzgados. Sabemos que le cambió el semblante cuando se enteró y que traslada, a quien le quiere oír, que está muy preocupado; no nos extraña, porque lo denunciado es para estar preocupadísimo… y es que incluso, por muy convencido que uno esté de que actúa correctamente, nunca se sabe lo que puede pasar en un tema tan complejo como el urbanismo. Y todo apunta a que algo va a pasar, porque a diferencia de otras denuncias, esta sí ha sido admitida a trámite por el juzgado de Viveiro.

Galicia entera mira también para nosotros por asuntos relacionados con el ladrillo, y ello está perjudicando seriamente la imagen de Viveiro. El urbanismo se le ha ido completamente de las manos a Melchor Roel. Se prodigó en los medios de comunicación dando “lecciones” a todo el mundo sobre legalidad urbanística, urbanismo sostenible y blah, blah, blah. Ahora vemos que lo único que hay es el urbanismo insostenible que dirime el silencio administrativo… los jueces dirán si ilegalidades urbanísticas también.

El ego de Melchor Roel extendió compromisos urbanísticos con vecinos y promotores, que la legalidad no puede amparar. Ha removido todo lo removible para buscar cobertura legal, ante los reparos razonables que los servicios municipales ponían para que pudieran materializarse estos compromisos que nada tienen que ver con el ideal urbanístico.

No se ha reparado en gastos. El Ayuntamiento cuenta con un equipo de abogados (Lois&Lois) que cobran un pastón por tratar de salvarle la cara al alcalde (a veces hacen un papelón) y cuyas interpretaciones de la ley se pretenden contraponer a las de los responsables municipales. Se han encargado carísimos informes externos a teóricos expertos, como un tal Juán Pérez, con el único objetivo de buscar recovecos legales que driblen la normativa urbanística impuesta por la Xunta que el bipartito promovió (fue una grave irresponsabilidad cuyas consecuencias ya se están padeciendo). El representante jurídico de los constructores es tenido en cuenta como si estuviera a sueldo del concello, aunque sus intereses y los de este municipio no sólo no sean coincidentes sino que en muchos casos son contrapuestos (antes eran especuladores, ahora con Melchor, velan por un urbanismo responsable). Ante las tormentosas relaciones con el ingeniero municipal, Melchor Roel contrata a un arquitecto externo propuesto por la ¡Asociación de Constructores! que cobra 1.000€ por cada día que le dedica al concello (cuando lo que está en juego son compromisos de Melchor, derrochar el dinero de todos no es un problema). ¿Alguien se imagina lo que se estaría diciendo si todo esto sucediera en la etapa anterior? ¿Es normal esto que está pasando, y estamos viendo en torno al urbanismo en Viveiro?

Así las cosas, y por si lo anterior no fuera suficiente, las presiones insoportables sobre el ingeniero municipal derivaron en que una constructora le denunciara por prevaricación. El alcalde accedió a recusarlo sin abrir un expediente informativo sobre las circunstancias de esta extraña y variopinta situación (todo apunta a que el propio Melchor orientó sobre los pasos a seguir para librarse del ingeniero, que actualmente está de baja). El asunto es un escándalo de tal calibre que hasta el diario El País, en su edición de Galicia, lo llevaba a sus páginas. La réplica del Alcalde en el mismo periódico no pudo ser más decepcionante, aunque muy propia de quien nos ocupa (¿de verdad hubo una sentencia favorable al equipo de gobierno por un caso parecido? Semejante aseveración falaz evidencia que no abandona la estrategia marrullera de liar la madeja).

Llegamos al final de la legislatura sin que se cumpla la promesa más reiteradamente hecha por el bipartito. El PXOM no va a ver la luz antes de las elecciones, pero que nadie se preocupe, la culpa según Melchor “es del PP que gastó millones en planes no aprobados”. Eso lo dijo el 13 de abril, para unos días después asegurar en el pleno del 19 de abril que la Xunta había aprobado esa misma semana la financiación íntegra del PXOM de Viveiro ¿En qué quedamos? (se ve claramente que la situación está totalmente controlada). No hay porqué no confiar en lo que nos diga nuestro Alcalde, habida cuenta que en el año 2005 anunció que se aprobaría en el 2006, porque el nuevo gobierno de la Xunta removería todos los obstáculos que había puesto la administración Fraga. Siempre encuentra excusas que justifiquen su incompetencia.

Lo último sobre este capítulo por entregas es que por fin el bipartito ha accedido a enviar toda la documentación a la Xunta sobre las polémicas licencias otorgadas por silencio administrativo. Como ya no hay ni siquiera vergüenza torera, el Alcalde sostiene que “es legalmente imposible que un ayuntamiento dicte una resolución por la cual -transcurridos tres meses- se deniegue expresamente una licencia”. Nos preguntamos si esto quiere decir que con esconder tres meses en un cajón una solicitud de licencia, podría otorgarse lo que fuera por silencio administrativo aunque contraviniera toda la normativa (¡chssss, silencio!… se especula). Suponemos que no, aunque algunos ya se agarran hasta a un clavo ardiendo.

Queda claro pues que en este concello el que calla otorga. El silencio administrativo rige el urbanismo de nuestro municipio. Ante semejante despropósito, y viendo lo que estamos viendo, nosotros, ni callamos, ni otorgamos.